POÉTICA POETIZADA, sobre "Comer Comida", muestra de poesía taller fpn

Publicado por Cristóbal Gómez , miércoles, 6 de noviembre de 2013 17:57

Comer Comida es el centro del misterio en esta frase compuesta.

Mi propuesta es un ir y venir, un dar y quitar, busca el movimiento de la onda, encontrar un tono de amplia intensidad en una variedad de pasos cortos.
Busco la huella de la serpiente, la irregularidad del cuerpo.
Se unifica en algunos temas y en la correspondencia de algunos registros.

En la búsqueda de un ritmo personal, es que la métrica se asume libre, con corte de versos falso, abuso de encabalgamientos, para llegar a una verticalidad impuesta que unifica toda esta propuesta.

Heredera de las vanguardias, esta muestra de poemario utiliza el recurso del montaje; mezclar distintos elementos, algunos provenientes de la cultura popular, la publicidad, los discursos políticos, etc. Experimentando con la forma y el fondo; jugando con los significantes y la diagramación, eligiendo temas políticamente incorrectos.
Corren algunas voces, registros, la heterogénea es ley.

Comer Comida es la frase con que mi padre recuerda mi niñez. Se supone
que siendo un niño regordete gritaba ¡quiero Comer Comida!

—(…)“eres un poeta muy leído…”

—(…)“a mis textos les ha ido bien y eso me gusta, sin duda que me gusta, porque es como conversar y que te respondan.”
Claudio Bertoni, en Conversaciones con la poesía chilena. Juan Andrés Piña, Segunda edición Ediciones UDP, año 2007.

El lenguaje es simple, directo y popular. Espera no ser una mayor complicación al lector no acostumbrado a la poesía, así en plan de masividad, pese a la disposición experimental de algunos poemas.

El sentido es normalmente concreto, a veces se eleva y se vuelve algo metafísico, en el sentido de describir lo intangible o querer demostrar otra realidad más allá de la aparente.
Así es como mi referente lejano es Giorgio de Chirico, pintor que en su arte muestra objetos comunes en escenarios clásicos con perspectivas y naturalezas ilógicas que proyectan sensaciones de ensoñación y misterio; algo oculta, algo más quiere decir, abre una pregunta.

Intento ser simple para que todos puedan entenderme, pero el lector tampoco debe ser ingenuo o puede caer en la trampa y entender lo básico, lo aparente, abajo puede haber otro mensaje.

Comer Comida es masticar un chicle hasta perderle el gusto.

Siempre con un toque de humor, un humor fino, absurdo, de sentido rebuscado, patético, que se ríe de sí, o la misma puesta en escena del gesto (el texto). Algún lector podrá no justificar, entender, o encontrar gracia a esto, pero aburridos ellos que no se divierten leyendo.

Es también una poesía que se ridiculiza a sí misma, no sólo por afán bufonesco, si no como crítica a toda solemnidad, lo que no quita que a veces también quiera decir algo serio.
En este aspecto mi referente es Woody Allen, un intelectual anti-intelectualizante, un artista narciso que se ríe de los discursos, y de sus propias debilidades.

Comer Comida es la reacción grotesca de una ternura violentada.

En este mismo sentido “metafísico” y heredero de las vanguardias, es que este conjunto es una “obra abierta” en el sentido de no acabada, porque requiere de un lector “activo” que asuma la propuesta de completarla.

Tiro flechas en distintas direcciones, sin preocuparme o sospechar donde llegarán. La intención es que el lector las agarre desde donde se encuentre, él es quien determina el sentido del poema.


Ahora, dicho todo, comienza la contradicción.

Comer Comida es un nombre provisorio, puede cambiar en cualquier
momento.

Comer Comida es el inseguro balbuceo, el error de cálculo, el dato
innecesario.

Comer Comida es lo sobre-explicativo, lo redundante, lo que está de más,
lo que sobra.

Comer Comida es la redundancia entre el verbo y el sustantivo.