¿Qué se puede transgredir cuando rotos tantos límites y
acuerdos sociales los “transgresores” se han sumado a los cánones y leyes
establecidas convirtiéndose en los conservadores del hoy? Lo que llaman
tolerancia se ha convertido en moneda de cambio de todos los días, supliendo
los valores humanos por los intereses. En la poesía sucede lo mismo, se hace
hincapié en la forma, para hacer el ojo pequeño ante el contenido, que muchas
veces guarda o pone bajo el amparo de la “poesía” ideas retrógradas que se
siguen imponiendo una y otra vez por conducto de millones de poemarios, al
imaginario del lector. Por eso el buscador de inicios nos dice: “La palabra
hizo el tema y no el tema a la palabra” “La humanidad se llamaba historia / y
era más redonda que la cara de Dios” “Porque el hombre busca los tesoros en la
facilidad, en los engaños” “Solo por usura / que transforma la tierra de nadie
/ en la tierra de algunos” “Por eso haberle cerrado los labios fue callar con
ella para siempre” “La muerte es un león que hunde sus garras en la cabeza /
devorándose los sesos, masticando las entrañas, / para irse pagado a descansar
a su lecho con nuestro nombre” “Por eso quiero decir adiós a todos los pueblos
/ alzar pañuelos a un sol ya sin luz / para que de esta despedida vuelva a
nacer / una nueva armonía que es vivir con el corazón / que es el corazón del
mundo que es / Nosotros”. Esto propone Browne Cruz en una época donde
cuestionar es transgredir y evidenciar las trampas de la literatura, engaños de
escritores, que en realidad solo son escribas; contrafactas para beneficios
oligárquicos.
Adriana Tafoya
[Prólogo a Revelaciones de un cuidador de inicios de Tomás
Browne Cruz, Ganador del I Premio Latinoamericano de Poesía Transgresora 2012]
Comer Comida es el centro del
misterio en esta frase compuesta.
Mi
propuesta es un ir y venir, un dar y quitar, busca el movimiento de la onda,
encontrar un tono de amplia intensidad en una variedad de pasos cortos.
Busco la
huella de la serpiente, la irregularidad del cuerpo.
Se
unifica en algunos temas y en la correspondencia de algunos registros.
En la
búsqueda de un ritmo personal, es que la métrica se asume libre, con corte de
versos falso, abuso de encabalgamientos, para llegar a una verticalidad
impuesta que unifica toda esta propuesta.
Heredera
de las vanguardias, esta muestra de poemario utiliza el recurso del montaje;
mezclar distintos elementos, algunos provenientes de la cultura popular, la publicidad,
los discursos políticos, etc. Experimentando con la forma y el fondo; jugando
con los significantes y la diagramación, eligiendo temas políticamente
incorrectos.
Corren algunas
voces, registros, la heterogénea es ley.
Comer Comida es la frase con que mi
padre recuerda mi niñez. Se supone
que siendo
un niño regordete gritaba ¡quiero Comer Comida!
—(…)“eres un poeta muy leído…”
—(…)“a mis textos les ha ido
bien y eso me gusta, sin duda que me gusta, porque es como conversar y que te
respondan.”
Claudio Bertoni, en Conversaciones con la poesía chilena. Juan
Andrés Piña, Segunda edición Ediciones UDP, año 2007.
El
lenguaje es simple, directo y popular. Espera no ser una mayor complicación al
lector no acostumbrado a la poesía, así en plan de masividad, pese a la
disposición experimental de algunos poemas.
El
sentido es normalmente concreto, a veces se eleva y se vuelve algo metafísico,
en el sentido de describir lo intangible o querer demostrar otra realidad más
allá de la aparente.
Así es
como mi referente lejano es Giorgio de Chirico, pintor que en su arte muestra objetos
comunes en escenarios clásicos con perspectivas y naturalezas ilógicas que
proyectan sensaciones de ensoñación y misterio; algo oculta, algo más quiere
decir, abre una pregunta.
Intento
ser simple para que todos puedan entenderme, pero el lector tampoco debe ser
ingenuo o puede caer en la trampa y entender lo básico, lo aparente, abajo
puede haber otro mensaje.
Comer Comida es masticar un chicle
hasta perderle el gusto.
Siempre
con un toque de humor, un humor fino, absurdo, de sentido rebuscado, patético,
que se ríe de sí, o la misma puesta en escena del gesto (el texto). Algún
lector podrá no justificar, entender, o encontrar gracia a esto, pero aburridos
ellos que no se divierten leyendo.
Es
también una poesía que se ridiculiza a sí misma, no sólo por afán bufonesco, si
no como crítica a toda solemnidad, lo que no quita que a veces también quiera
decir algo serio.
En este
aspecto mi referente es Woody Allen, un intelectual anti-intelectualizante, un
artista narciso que se ríe de los discursos, y de sus propias debilidades.
Comer Comida es la reacción grotesca
de una ternura violentada.
En este
mismo sentido “metafísico” y heredero de las vanguardias, es que este conjunto
es una “obra abierta” en el sentido de no acabada, porque requiere de un lector
“activo” que asuma la propuesta de completarla.
Tiro
flechas en distintas direcciones, sin preocuparme o sospechar donde llegarán.
La intención es que el lector las agarre desde donde se encuentre, él es quien determina
el sentido del poema.
Ahora,
dicho todo, comienza la contradicción.
Comer Comida es un nombre
provisorio, puede cambiar en cualquier
momento.
Comer Comida es el inseguro
balbuceo, el error de cálculo, el dato
innecesario.
Comer Comida es lo
sobre-explicativo, lo redundante, lo que está de más,
lo que
sobra.
Comer Comida es la redundancia entre
el verbo y el sustantivo.
NOCHE DE LECTURA POÉTICA EN CINOSARGO 12/01/2013 ARICA
Playlist
00:00:00 Música La Méndiga Banda 00:11:23 Lectura Karla Rodríguez 00:26:42 Lectura Cristóbal Gómez 00:38:21 Lectura Mario Carázas 00:51:20 Lectura Mauro Gatica 01:09:53 Lectura Daniel Rojas Pachas y Rolando Martínez